Un prisionero que se encuentra en el corredor de la muerte en el estado de Alabama, Estados Unidos, desde hace más de tres décadas sería ejecutado el 25 de enero mediante hipoxia de nitrógeno, un procedimiento de ejecución no probado que funciona privando al cuerpo de oxígeno mediante la respiración de nitrógeno puro.

 

Cuatro expertos de la ONU en derechos humanos manifestaron alarma este miércoles por la inminente aplicación de ese método de ejecución en el caso de Kenneth Eugene Smith, acusado de asesinato a sueldo y sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional en 1988.

Durante el juicio, Smith fue declarado culpable por una decisión casi unánime del jurado (once a uno). El juez de sentencia anuló la recomendación del jurado y lo condenó a muerte.

Después de que Smith estuviera más de 30 años en prisión, las autoridades de Alabama intentaron ejecutarlo en noviembre de 2022 mediante inyección letal, pero el intento fracasó.

Los relatores especiales sobre ejecuciones extrajudiciales sumarias o arbitrarias, Morris Tidball-Binz; sobre tortura y otros tratos crueles o degradantes, Alice Jill Edwards; sobre el derecho a la física y mental, Tlaeng Mofokeng; y sobre la independencia de los jueces y abogados, Margaret Satterthwaite, advirtieron que, además de ser un método de ejecución no probado, la hipoxia de nitrógeno podría someter a Smith a “tratos crueles, inhumanos o degradantes o, incluso, a tortura”.

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