Abarca desde Necochea hasta San Clemente del Tuyú por la costa y localidades mediterráneas como Balcarce, General Madariaga o Maipú, entre otras.

 

Ante el reciente anuncio de planes, programas y/o proyectos de los gobiernos provincial o nacional que afectarían nuestros territorios locales, el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito IX ofreció su colaboración para una mejor –y necesaria- planificación. 

La conducción de este distrito encabezada por el presidente Eduardo Agüero, el secretario Diego Domingorena y la tesorera Adriana Lucchetti, desde el comienzo de su gestión a mediados de diciembre del año pasado ha venido recorriendo todo su territorio, reuniéndose con autoridades locales y poniéndose a disposición para cooperar en todas las temáticas que la profesión contiene.

Uno de los puntos de relevancia que se trataron en los encuentros tiene estrecha relación con los recientes anuncios de las autoridades nacionales respecto al relanzamiento del Plan Procrear y el aumento de partidas presupuestarias destinando $100.000 millones a obras de infraestructuras, turismo y educación. Sobre estas políticas públicas implementadas en el pasado se destacó la importancia y el efecto positivo generado a nivel económico y social, pero se remarcaron las consecuencias negativas que produjeron al no contar los Municipios con planes de contingencia que permitieran el desarrollo sustentable y sostenible de estas acciones. 

“Si miramos al pasado reciente, podemos ver claramente cómo cuando los estados locales no están preparados para recibir estas externalidades potencialmente positivas, los efectos sobre los territorios locales son generalmente negativos o terminan convirtiéndose en oportunidades perdidas”, señalan los profesionales. 

Un claro ejemplo de esto último fue lo ocurrido cuando el gobierno provincial decidió concretar en Mar del Plata una millonaria inversión como fue el proyecto  del “Museo Mar”, “que no terminó generando ninguna sinergia positiva en su entorno, ni mucho menos fuera utilizado como una oportunidad de generación de desarrollo urbano sustentable”, continuaron. 

Señalaron como “más grave desde el punto de vista del desarrollo territorial”, lo ocurrido con el plan Procrear original: “Al no haber una política de generación de suelo urbano accesible desde el municipio, el plan generó una enorme dispersión urbana. Esto de la mano de una generalizada especulación inmobiliaria, por parte de propietarios que ni imaginaban que sus terrenos periurbanos iban a ser repentinamente tan requeridos”. 

Si bien el Plan fue bien intencionado y seguramente necesario, según los arquitectos “terminó en las ciudades de la costa bonaerense, generando una extensión de la denominada “mancha urbana”, atrayendo nuevos habitantes hacia sectores que no cuentan con los servicios urbanos básicos”, en relación no sólo a la infraestructura, sino también a los servicios propios de la ciudad  como  transporte público, educación, salud, seguridad,  comercios, etc. “aumentando la extensión y la necesidad de traslados en densidades poblacionales que por tan bajas son insustentables tanto económicamente como ecológica y socialmente”, afirman.

Finalmente advierten los arquitectos que “Si desde los estados locales no se toman medidas que se anticipen a las políticas externas, nada hace indicar que los resultados sean superadores de lo ocurrido en el pasado reciente, con todas las críticas que esto nos merece”. Si bien evalúan como “altamente positivo” la realización de proyectos, insisten en evitar que “esto nos vuelva a tomar desprevenidos”. 

Así las cosas, el Colegio se ofrece a colaborar con todos los gobiernos locales de su Distrito, que abarca desde Necochea hasta San Clemente del Tuyú por la costa y localidades mediterráneas como Balcarce, General Madariaga o Maipú entre otras. 

En el caso de Mar del Plata, ya han puesto a disposición del gobierno municipal toda su estructura interna, “dotada de los mejores especialistas de la región en los temas planteados”, apuntaron 

“Los gobiernos locales –concluye- deberían Identificar tierra ociosa, relevar servicios públicos, infraestructura y equipamiento existentes, y enmarcando toda esta data dentro de una estrategia económica, cultural y social en cada localidad, generar nuevo suelo urbano o normar el existente para permitir el sano desarrollo de políticas de vivienda y servicios”.

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